En este blog he hablado en entradas anteriores de colaboraciones extrañas (algunas para echar a correr), pero apenas me he metido en el tema de las fusiones de géneros. Parece que ya no quedaba nada por inventar: pop-rock, indie-pop, indie-rock, rock-jazz, hip-rock, indie-vals, rumba-chotis... La innovación es un tema complicado hoy en día. Aún así, hay valientes que se atreven con lo imposible, y hoy os traigo el resultado de un grupo de esos valientes. Damas y caballeros, conozcan el electro-swing, de la mano de Caravan Palace.
Género extraño donde los haya. El electro-swing coge multitud de elementos de música de los años 20 (un ritmo trepidante y una sección de vientos que enamora entre otros) y los combina con la música electrónica del siglo XXI, resultando un híbrido rara avis muy interesante. Para que nos entendamos, es el equivalente musical de un coche eléctrico con guardabarros. Algo entre un guateque de El Gran Gatsby y Tomorrowland.
¿Y de dónde ha salido este género, con traje, sombrero y calimocho en copas de champán? Bueno, pues la historia comienza en 2009 con la apertura de White Mink, un club londinense dedicado a este género y que organiza anualmente el Electro Swing Festival, en el que actúan todos los grandes del mundillo. Caravan Palace se incluye entre estos grandes, agrupación francesa compuesta de siete miembros que en sus comienzos componía e interpretaba bandas sonoras para películas pornográficas mudas, y que actualmente es considerado uno de los principales representantes del electro-swing.
Os dejo con Clash, un ejemplo perfecto del género y una de las canciones más famosas del grupo. Si os gusta no dudéis en escuchar más, os garantizo que acabaréis bailando charleston por los pasillos de vuestra casa.
Género extraño donde los haya. El electro-swing coge multitud de elementos de música de los años 20 (un ritmo trepidante y una sección de vientos que enamora entre otros) y los combina con la música electrónica del siglo XXI, resultando un híbrido rara avis muy interesante. Para que nos entendamos, es el equivalente musical de un coche eléctrico con guardabarros. Algo entre un guateque de El Gran Gatsby y Tomorrowland.
¿Y de dónde ha salido este género, con traje, sombrero y calimocho en copas de champán? Bueno, pues la historia comienza en 2009 con la apertura de White Mink, un club londinense dedicado a este género y que organiza anualmente el Electro Swing Festival, en el que actúan todos los grandes del mundillo. Caravan Palace se incluye entre estos grandes, agrupación francesa compuesta de siete miembros que en sus comienzos componía e interpretaba bandas sonoras para películas pornográficas mudas, y que actualmente es considerado uno de los principales representantes del electro-swing.
Os dejo con Clash, un ejemplo perfecto del género y una de las canciones más famosas del grupo. Si os gusta no dudéis en escuchar más, os garantizo que acabaréis bailando charleston por los pasillos de vuestra casa.
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