martes, 4 de noviembre de 2014

Sugar, el resurgir de Karmin

Primero que todo, quiero disculparme por estar ausente tanto tiempo (aunque la verdad, no tengo ni idea de si alguien lee este blog alejado de la mano de Dios), pero ya me apetecía volver para compartir canciones que voy encontrando por ahí. Hoy os traigo a unos viejos nuevos conocidos, Karmin, que se hicieron mundialmente famosos con aquel Brokenhearted tan simple como efectivo, combinando un pop ligero con rap como fórmula ganadora. Después de aquello tuvieron algún moderado éxito como Hello (al que algunos encontraron similitudes nada menos que con el Smells Like Teen Spirit de Nirvana) o la infravalorada I Want It All. Con un estilo fresco y divertido Karmin publicaron su álbum Pulses bajo la discográfica Epic Records, con la que no debieron quedar muy satisfechos porque la han abandonado recientemente. Huérfanos de discográfica, el dúo ha iniciado una nueva etapa sin ninguna atadura, totalmente independientes, y su primer adelanto es este Sugar. ¿Quieres descubrir a los nuevos Karmin? ¡Sigue leyendo!


La principal diferencia es que Sugar tiene algo de lo que sus predecesoras carecían, elegancia. Brokenhearted y todas las demás eran divertidas de escuchar y entretenidas, Sugar tiene un toque de distinción especial, con un ritmo atrayente y una melodía que podría ser arreglada al jazz sin ningún problema. El estribillo lo tiene todo: pegadizo, conciso, con personalidad (y ese irresistible sugar...). Un acierto el relajar el instrumental al comienzo del mismo para dar importancia al bajo y aportar dirección a la música. La parte rapeada no supone un relleno en absoluto, mantiene la coherencia en todo momento, con la melodía cantada de fondo, perfecta.

La letra tiene sus puntos, citas como "My judgement fights with the liquor" o "I just signed your name with an X or an O" no sólo dejan claro que esta canción no es un himno a la diabetes sino que se aprecia una elaboración trabajada (mucho más que ciertas canciones de amor genéricas) y colabora en esa elegancia que desprende el tema.

El vídeo ya es arena de otro costal. Entiendo que sin el amparo de una discográfica no puedan permitirse un festival del derroche, pero tres minutos de Karmin sentados en un sofá no hacen la más mínima justicia a esta canción. No hace falta mucho presupuesto para hacer algo resultón o al menos original pero eso de mirar a la cámara durante todo el vídeo ya esta más que inventado (véase Tennis Court, Cold War...). Aún así, como dice el dicho, mejor algo discreto que algo cutre.

En general, resulta interesante y prometedor. Karmin han demostrado con esta canción que pueden ir más allá del pop light y que pueden aportar algo interesante como grupo independiente. No puedo esperar a una versión jazzística de esta canción (yo la veo como la nueva Bang Bang o algo así, sólo le hace falta una Nancy Sinatra que se atreva con ella) porque la cover acústica que le han hecho a mí me sabe a poco, pero pese a todo, me quito el sombrero. Aquí os lo dejo.


         

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