martes, 21 de mayo de 2013

Eurovisión 2013, postales desde Malmö

Y nos quedamos en Suecia. El festival de Eurovisión, el evento no deportivo más visto del mundo, lo ha vuelto a conseguir. Como siempre, ha logrado crear la ilusión de que Europa está unida, de que todos formamos parte de algo muy grande donde todos los países tienen la misma importancia. Y precisamente este ha sido el eslogan escogido por los anfitriones suecos en un momento en el que la cohesión del continente peligra más que nunca, somos uno. Y hoy aquí os presento el informe completo del 58º certamen. ¿Cómo transcurrió este festival?, ¿Cuáles fueron los mayores momentazos?, ¿Las mayores meteduras de pata?, ¿Las propuestas más extravagantes y las más originales? 

Y la verdad es que Malmö no ha dejado un muy buen sabor de boca. Después de que el festival de Bakú hiciera resurgir de sus cenizas a Eurovisión el año pasado con una calidad musical como no se recordaba desde hacía mucho tiempo (incluso España destacó con la brillante actuación de Pastora Soler) y dejarnos éxitos como el descomunal Euphoria que arrasó en Europa y nos dio a conocer a la inolvidable Loreen, las expectativas acerca del festival de este año eran muy altas, alimentadas por la presencia de grandes figuras como la gran Bonnie Tyler representando a Reino Unido o Cascada por Alemania. Pero pese a la gran labor de los suecos como anfitriones, con una divertida presentadora y un inolvidable numerito que incluía todos los tópicos de Suecia (desde Ikea hasta las albóndigas pasando por Volvo y los matrimonios homosexuales) las canciones en general no sorprendieron y no brindaron la calidad que se esperaba.

Pero también hubo grandes momentos, empezando por la tradicional actuación del ganador del anterior certamen. Loreen volvió a ponernos los pelos de punta con su Euphoria, dentro de una mezcla con otros dos temas suyos, My Hearth Is Refusing Me y su recién estrenado We Got The Power, en una hábil maniobra para publicitarse (no todos los días tienes a medio mundo mirando). Aunque sin duda la mejor aparición de Loreen fue en la primera semifinal, junto con un coro infantil y cantando con lengua de signos. Sin duda como para soltar alguna lagrimilla.

Ya con los participantes, destacaron Suecia, con un tema pegadizo y un cantante con un directo bastante decente. También llamó la atención por la calidad Rusia, con una propuesta interesante con corte de balada y Malta, quizá uno de los temas con más posibilidades comerciales por su marcado carácter desenfadado y veraniego. Destacó también Azerbaijan, demostrando de nuevo su clara intención de ganar el certamen y consolidando su posición en el festival, con una innovadora puesta en escena y un guapo cantante defendiendo un tema que llamó la atención de los europeos ya que quedó en segunda posición.

Pero Eurovisión no son sólo buenas canciones. Apenas una mínima parte de Eurovisión son buenas canciones a decir verdad. Siempre hay países que mandan propuestas estrambóticas, llenas de elementos sorprendentes e inesperados que pretenden captar a los espectadores por todos los medios. Destacó la representante de Moldavia con su vestido-volcán que se elevaba hasta el infinito, Ucrania, con la aparición de un gigante de 240 centímetros y desde luego Rumanía con su inclasificable número de electro-ópera.

Y por supuesto no podemos pasar por alto a la ganadora de la noche, Dinamarca, representada por la jovencísima Emmelie de Forest. Ya partía como clara favorita y se confirmaron todos los pronósticos cuando la danesa se impuso con unos aplastantes 281 puntos. El tema se llama Only Teardrops, sólo lágrimas, y pese a no ser una mala canción en absoluto, no llama demasiado la atención. Es una canción más, pegadiza y divertida, sí, y tiene un flautín, también es verdad, pero difícilmente tendrá tanto éxito como la ganadora del año pasado (aunque la estética de Emmelie recuerda bastante a una versión luminosa de Loreen)

Y después de todo esto, estuvo España. Ya de primeras la canción no era como para presentar a Eurovisión. Contigo Hasta El Final es un tema pobre y demasiado simple, sin duda una de las peores canciones del certamen. Tal vez esto se hubiera compensado con una brillante actuación, pero esto tampoco fue así. El Sueño de Morfeo, aunque hay quien no lo reconoce, no estuvo a la altura, y la puesta en escena dejó bastante que desear. Ya se venía venir, ya que España iba última en todas las encuestas, por lo que los chicos de ESDM se encargaron de recordarnos, tras el inesperado décimo puesto del año pasado, que España no tiene ni idea de lo que gusta a los europeos, como demuestran los tristes 8 puntos que recibimos en total (6 de Albania y 2 de Italia) y que nos dejó en penúltimo puesto (aunque siempre podrá achacarse a la mala suerte que da salir de amarillo al escenario).

Y ahora, es el momento de entregar el galardón la metedura de pata de la noche, que sin duda se lleva Lena, ganadora del certamen de 2010 en Noruega con su Satellite. A la buena de Lena le tocaba este año dar los puntos de Alemania, básicamente tenía que decir los nombres de los tres países a los que habían dado 8, 10 y 12 puntos. Pues bien, la tarea pareció ser demasiado complicada para ella ya que la pifió en directo, diciendo que los diez puntos eran para Noruega cuando en realidad eran para Dinamarca. Sin duda,  un momento divertido.

Y por fin llegamos al momento de oro. Todos los años hay momentos más o menos polémicos, que llaman la atención, como el ya inolvidable Jimmy Jumper en la actuación de Daniel Diges o la sibilina puya de la encargada de dar los puntos de Alemania a los anfitriones azeríes el año pasado por la polémica construcción del Crystal Hall, escenario del evento (en una zona en la que vivían decenas de familias cuyas casas derruyeron) y la degradada aplicación de la libertad de expresión en ese país. La alemana presentó los puntos alemanes con un ambiguo "nadie puede votar hoy por su país, pero es bueno poder votar, tener esa opción. Buena suerte en vuestro camino, Azerbaijan, Europa os está observando." 

Este año la polémica la ha servido la representante de Finlandia, Krista Seigfrieds. La guapísima finlandesa presentaba un tema muy pop, Marry Me, vestida de novia y con una actitud de loca de atar muy divertida. Parecía un show estándar hasta que llegó el inesperado final, la guapísima finlandesa se plantó un morreo con una de sus coristas. Resultó que lo decidió por su cuenta, con la intención de presionar a su país para que apruebe el matrimonio homosexual ("estoy en directo y no podréis detenerme" dijo Krista). Pero este beso (el primer beso homosexual de la historia de Eurovisión), no sentó bien a todos. En Finlandia, su país natal (donde la extrema derecha tiene bastante fuerza), ha recibido numerosas críticas, pero aún a sentado peor en Turquía, donde decidieron no retransmitir la final por la actuación finlandesa.

En resumen, pese a no ser un mal festival, no pasará a la historia. En Bakú el listón quedó muy alto, y Malmö no ha cumplido todas las expectativas. Aún así no fue un mal festival, hubo buenas canciones y momentos divertidos. Y como siempre, Europa mostró por una vez al año su lado más amable y unido, que al final, no lo olvidemos, es una de las principales finalidades de este festival.

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