sábado, 22 de marzo de 2014

"Dumb Ways To Die", el anuncio de Tangerine Kitty

Anuncios. ¿Existe palabra más frustrante? Un cuarto de hora de tu vida perdido, sentado delante de la tele. O diez rabiosos segundos malgastados para ver un vídeo en Youtube, aguantando un estridente spot de cepillos de dientes  (que sospechosamente nunca da problemas para cargarse). Voces en off chillonas, ofertas recitadas en un parloteo tan rápido que te atrofian el cerebro... Pero entre todo ese gran pozo de fango que suele ser la publicidad hay muy, muy de vez en cuando un buen anuncio. Y qué bien sienta. Un poco de creatividad, un formato original y una buena realización son suficientes, pero si todo ello viene acompañado de buena música se consigue algo magistral. Un anuncio tan bueno que corre peligro de eclipsar al producto.


Anuncios buenos hemos visto muchos, pero anuncios cuya música nos llamara la atención hay menos (sin tener en cuenta los jingles desde luego, esas mini-melodías parasitarias que se te quedan enganchadas en el subconsciente). Entre estas canciones que fueron más allá de la pequeña pantalla destacan aquella melodía bollywoodiense de cierto anuncio de Coca Cola que arrasó en el 2004, aquella otra de letra imposible que nos vendía atún o cierta canción llamada "Colors", que pese a su buena pinta no llego a tener versión completa y se quedó como reclamo para vender unos míseros McFlurrys. Más recientes son temas como el de Shandy Cruzcampo cuyo total protagonismo recaía sobre la famosa en el mundo entero Mónica Limón (la otra no sé quién era, probablemente una extra) o la ya requeteparodiada canción del anuncio de lotería cuyo link me niego a poner aquí.

Como habréis deducido a estas alturas, la canción que hoy os presento es de un anuncio (¡sorpresa!), más concretamente de un anuncio australiano del metro de Melbourne para que sus australianos usuarios tengan cuidado con los trenes, que al parecer aplastan por igual allí que aquí. Pues bien, en vez de estar un minuto mostrando imágenes de cadáveres de imprudentes cercenados, los australianos publicistas tuvieron una idea algo más original: mostrar a unos simpáticos personajillos de dibujos animados sufriendo toda clase de muertes a causa de realizar una amplia gama de estupideces. Si ya de por sí la idea era buena, se les ocurrió componerle una canción a la que llamaron "Dumb Ways To Die" (formas estúpidas de morir) cantada por una tal Tangerine Kitty, y que fue la guinda del pastel.

La canción básicamente va relatando las estupidas muertes que los monigotes sufren en el vídeo, pero con una melodía alegre y tierna que juega con el contraste. Un negrísimo humor que enseguida corrió por Internet, convirtiéndose en un fenómeno viral de enormes dimensiones. La canción está disponible para descargar y hay un montón de versiones diferentes circulando, tiene incluso un juego de móvil.

¿Lograría el anuncio su objetivo? ¿Atropellarán ahora a menos gente los trenes de Melbourne? No lo sé, pero el anuncio que hicieron con ese fin está ya más allá de eso, y tendrá para siempre un huequito en la memoria colectiva de Internet.


       

No hay comentarios:

Publicar un comentario