Hoy voy a contaros una de esas historietas musicales de las que me suelen pasar. Recordaréis que ya os hablé de aquella canción que vi en una peli en el cine y que no había forma humana de encontrar. Pues bien, esta semana me ha pasado todo lo contrario, es decir, una canción que me encanta y que me ha encontrado a mí. Me remonto a los comienzos. Yo tenía hasta hace bien poco un móvil muy (muy, muy) malo de una marca que no voy a mencionar y recientemente me compré un móvil nuevo. Bien, pasé la tarjeta SD del móvil antiguo al nuevo y a modo de chequeo comprobé las canciones para ver si estaban todas. Y ahí encontré una canción que yo no había metido y que tenía por nombre Banjo de unos tal Rascal Flatts.
Sé lo que estáis pensando. "Vaya birria de historia, esa canción sería una de las que vienen en los móviles nuevos por defecto". Pues no listos, que sois unos listos. Mi padre se había comprado el mismo móvil un día antes y comprobé que en el suyo no estaba la canción. Y bueno, se que la historia sigue siendo una birria de historia aún con este detalle pero es curiosa, ¿no?
Bueno, sin importar el método por el que esta canción llegó a mi móvil (no descarto los aliens), lo cierto es que es genial. Es una canción un poco folk (rollo folcolre americano) género que no escuchamos mucho en la radio pero que empieza a ceder elementos a canciones que triunfan en las listas (siendo el último ejemplo las armónicas del Timber de Pitbull y Kesha). Banjo comienza con un (¡sorpresa!) banjo que enseguida te mete el ritmo en los pies y deja paso a la genial melodía (que se te pegará, no lo dudes). Luego entran las guitarras eléctricas y ahí ya la cosa se pone interesante de verdad. Pero sin duda el punto cumbre de la canción llega con el solo de banjo del final (el único que he oído en mi vida), que sirve como traca final de un tema largo (dura casi 5 minutos) pero para nada pesado.
En definitiva, Rascal Flatts, grupo del que no había oído hablar en mi vida pero que resulta ser un veterano en este género, consigue con esta canción que te entren ganas de dejarlo todo, comprarte una ranchera y lanzarte a hacer la ruta 66 con un revólver en la guantera y mascando tabaco. Escúchalo, vale la pena.
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